Ricardo Zamora inventó su propia parada, "la Zamorana"

05.06.2012 16:45

 

Colgados por el Fútbol nos presenta a uno de los mejores porteros de siempre: Ricardo Zamora, el mítico portero español de principios de siglo XX. Nacido en 1901 en Barcelona, "el Divino", como también fue conocido, práctico durante su infancia todo tipo de deportes (atletismo, natación, boxeo, pelota vasca. e incluso llegó a jugar al fútbol de delantero) hasta que en 1916 fichó por el RCD Español.

 

En el club blanquiazul empezó sus primeros pasos como portero y rápidamente se consolidó como uno de los mejores porteros de España. Con un estilo seguro y sobrio, tremendamente eficaz, Ricardo Zamora demostró su tremenda personalidad con intervenciones de todo tipo. Especialmente, espectacular resultaba su parada con el codo, llamada la "Zamorana" en honor a su apellido.

Sin embargo, solo tres años duró "el Divino" con los "pericos". En 1919, tras un duro enfrentamiento con la dirección de los blanquiazules, Zamora fichó por el eterno rival de la ciudad, el FC Barcelona. Con los blaugranas ganó sus primeros títulos (dos Copas) y su buen hacer le valió para ir convocado con la selección española a los Juegos Olímpicos de Amberes de 1920. En la ciudad belga, la selección española jugó de forma exitosa su primera competición internacional logrando la medalla de plata. En el plano individual, Zamora realizó una excelente actuación destacando su primer partido contra Dinamarca, donde el portero acabó sacado a hombros. Tan buen papel realizó en este encuentro que a raíz de ahí surgió la famosa frase de "1-0 y Zamora de portero". Su único lunar, fue su expulsión en el duelo contra Italia, expulsión que sería la única de su carrera.

 

El destacado buen hacer del arquero provocó que a la vuelta de Amberes, Ricardo solicitará un aumento de sueldo, que fue negado en rotundo por el Barcelona. Esto le acarreó un año en blanco a Zamora, hasta que finalmente en 1922 volviera al Español. Un fichaje por los blanquiazules, que se convirtió en un "boom" mediático de la época, puesto que el club españolista le pagó 25.000 pesetas de ficha, y 1000 de sueldo mensual, todo una locura para aquellos tiempos.

 

En el Español, permanecería ocho más hasta 1930. Serían grandes años para Zamora, que acabo siendo el portero menos goleado en la primera Liga de fútbol en España en 1929. Portero siempre bien colocado y excelente por arriba, su equipo aprovechaba el tirón de su figura para jugar partidos amistosos en España y en el extranjero (sobre todo en América) y sacar tajada económica de ello (llegó a cobrar 1000 pesetas por partido).

 

En 1930, Ricardo Zamora fue fichado por el Real Madrid a cambio de 150.000 pesetas, una cifra totalmente desproporcionada como demuestra que hasta 18 años después no fue superada por ningún otro jugador. Con los blancos defendería la portería de Chamartín durante seis años, logrando dos Ligas y dos Copas de la República. En una de las ligas (31-32), el Real Madrid terminó invicto toda la competición y Zamora solo recibió cinco goles en casa).

 

En 1934, Ricardo Zamora jugó el Mundial de Italia, donde la selección caería contra los anfitriones en cuartos de final y Zamora acabaría con dos costillas rotas despúes de un partido lleno de tensión y violencia.

 

La guerra civil truncó su longeva carrera. Es por ello, que su último partido oficial fue la final de la Copa del Rey de 1936 disputada entre Real Madrid y Barcelona, que se llevaron los primeros por 2-1 gracias a un soberbio partido de Zamora, en el que destacó una parada suya impresionante a Escolà en los últimos minutos de encuentro.

Iniciada la contienda militar española, Zamora fue encarcelado y posteriormente se le permitió refugiarse en Francia, donde abandonó el fútbol en el Niza al lado de Samitier. Poco despúes se hizo entrenador de diversos equipos.

 

En su haber, figuran una medalla de plata (Amberes 1920) cinco Copas, dos ligas, 46 internacionalidades (durante 10 años Zamora disputó todos los partidos de la selección) y un montón de paradas para el recuerdo. En 1959, el diario deportivo Marca otorgó el Premio Zamora al portero menos goleado en honor suyo. En 1978 finalmente murió, aunque recibiría la Medalla de Oro al Mérito deportivo. Fue su último gran éxito.

 

De él dice don Alfredo Di Stefano que solo han existido dos porteros: San Pedro en el cielo, y Ricardo Zamora en la tierra. Palabra de Don Alfredo.

 

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