El Barcelona perdió su primera Copa de Europa ante el Benfica y la mala suerte

07.06.2012 16:25

 

La final de la Copa de Europa de 1961 disputada en el estadio de Wankdorf de Berna será recordada como la final de los posters. Y es que hasta cuatro lanzamientos del FC Barcelona tropezaron en la madera del equipo portugués del Benfica. Tanta fue la mala suerte azulgrana con los posters, que aquel día supuso el fin de los postes cuadrados, que pasaron a ser redondos.

 

La final venía precedida de la gran actuación azulgrana que había eliminado en anteriores eliminatorias al Real Madrid, HR Hradek Kralove y Hamburgo entre otros. Especialmente, importante era la victoria ante los blancos, pues los merengues habían ganado las cinco ediciones de la Copa de Europa disputadas hasta entonces. Para ello, el Barcelona contaba con jugadores de talla mundial como el portero Ramallets, Kubala, Suarez, Evaristo, Kocsis o Czibor. Es decir uno de los mejores onces iniciales que ha dado la historia.

Por su parte, el Benfica, encarnaba el talentoso fútbol portugués. Jugadores como José Águas, Mário Coluna, José Augusto o Santana integraban la plantilla de un equipo que aspiraba a ganar también su primera Copa de Europa, a pesar de no partir como favoritos debido al potencial del adversario.

 

Las quinielas parecían cumplirse cuando a los 20 minutos de partido, el húngaro Kocsis adelantaba a los catalanes. Un resultado que parecía querer ampliarse en cualquier momento a tenor del juego de un equipo y otro. Sin embargo, de los minutos 30 al 33, la desgracia se ceba con el equipo catalán, y especialmente con su guardameta Ramallets. Primero, el portero falla de manera lamentable un despeje sencillo a centro de Cávem; el balón le cae a Águas, que a placer fusila el empate.

 

Acto seguido, el defensa Gensana cede el balón con la cabeza al arquero del Barça, que deslumbrado por el sol deja escapar la bola. Caprichosa, ésta se introduce lo suficiente en la portería para sellar uno de los momentos más negros de la historia del barcelonismo.

Con 2-1 se iba a llegar al descanso. Resultado que se iba a incrementar al inicio de la segunda mitad cuando Coluna batia de nuevo a Ramallets. A partir de aquí, iba a llegar la locura, el asedio total contra la portería lisboeta. Un Barcelona, desbocado se iba a ir con todo a intentar la remontada. Dos postes, uno de Kocsis y otro de Kubala impiden recortar distancias, cosa que si iba a conseguir Czibor a falta de quince minutos para el final.

 

Los últimos instantes del encuentro fueron una auténtica avalancha de juego barcelonista, donde el meta Pereira y de nuevo el palo evitaron que uno de los mejores equipos de fútbol de la historia sumara su primera Copa de Europa, al igual que le había pasado a Hungría siete años antes en este mismo escenario.

 

La triste derrota blaugrana trajo, sin embargo, una moraleja. A partir de este momento, los organismos internacionales decidieron sustituir los palos cuadrados de rebote brusco, por postes cilíndricos que hicieran más fácil el anotar goles, y de paso, premiar el juego de ataque.

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