Argentina le metió 6 a Perú en un partido raro, raro raro

02.07.2012 16:01

 

Mito o realidad lo cierto es que el 21 de junio de 1978 permanecerá para siempre en los anales de la historia del fútbol por la sospechosa goleada por 6-0 de Argentina a Perú. En plena época de dictadura de Videla, el país argentino había sido designado como sede del Mundial 78, lo que significaba una oportunidad de oro para el régimen de dar a conocer las bondades del estado sudamericano.

 

Con un equipo brillante encabezado por Mario Alberto Kempes y Daniel Pasarella en el campo, y con Cesar Luis Menotti al mando de las operaciones desde el banquillo, Argentina, sin embargo, no estaba respondiendo a las expectativas y su trayectoria estaba siendo algo más que irregular.ç

 

Tras acabar la primera fase segunda de su grupo por detrás de Italia, los albicelestes estaban encuadrados con Polonía, Brasil y Perú en la segunda ronda del torneo (en aquel torneo no hubo semifinales y el primero del grupo pasaba directamente a la gran final). Tras ganar a los polacos por 2-0 en la primera jornada de la segunda fase, y empatar a 0 con Brasil, el acceso al partido definitivo dependía de una victoria por cuatro o más goles ante Perú, última del grupo y ya sin posibilidades.

 

Sin embargo, no iban a ser cuatro, sino seis los goles que Argentina le iba a hacer a los andinos. Con el estadio Lisandro de la Torre de Rosario lleno hasta la bandera, el descanso acabó con un 2-0 que prometía una segunda parte llena de emoción después de dos palos peruanos. En la reanudación, la pasividad de la línea defensiva ( no se pierdan los goles argentinos) fue más que notoria lo que permitió a los albicelestes redondear la goleada con cuatro tantos más, que daban el pase a la gran final a Argentina.

 

Las consecuencias del partido como no podía ser de otra forma fueron tremendas. A nivel deportivo, Argentina se clasificó para su para la final, que acabaría ganando a Holanda. A nivel político, 15 días después de acabar el Mundial, la Junta Militar argentina donó 35.000 toneladas de grano de trigo a Perú, además de descongelarle una línea de crédito de 50 millones de dolares. Las vinculaciones al Plan Cóndor (que tenía por objetivo ayudar a las dictaduras latinoamericanas de la época) fueron más que importantes.

 

A nivel personal, Roberto Rojas, defensa titular en aquel encuentro y suplente por norma general, murió de forma extraña tras un accidente automovilístico al chocar su coche contra un poste. Misma mala fortuna, tuvo el entrenador de aquella selección, Marcos Calderón, que vio como perdía su vida al caer el avión en el que se encontraba.

 

Casualidades o no, lo cierto es que nunca se pudo demostrar que aquel encuentro estuviera amañado. Sin embargo, el cúmulo de circunstancias que rodearon al encuentro dieron y darán que hablar durante muchos años.

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