Alemania y Austria fueron más amigos que nunca

04.06.2012 11:06

 

Que los amaños existen nadie lo duda en el mundo del fútbol. Cuando a dos equipos les interesa un mismo resultado suele ocurrir que el partido acaba satisfaciendo a ambos bandos. Sin embargo, hay formas y formas, y momentos y momentos. Y tal vez, la República Federal de Alemania y Austria no supieron elegir bien el cómo de la cuestión.

 

Ocurrió un 25 de junio de 1982 en Gijón, durante la disputa del Mundial de España. Las dos selecciones estaban encuadradas en el mismo grupo, que también lo compartían Argelia y Chile. A falta de una jornada par el final de la primera fase, Alemania y Austria disputaban un encuentro en el que la victoria alemana por un tanto clasificaba a germanos y austríacos y dejaba fuera a argelinos, que eran la sensación del momento al haber ganado dos partidos, uno de ellos a Alemania.

 

Como no podía ser de otra forma, pasó lo esperado. Tras un inicio de encuentro algo agitado, Alemania marcó en el minuto 10 de partido por mediación de Horst Hrubesch y a partir de ahí el encuentro se durmió. Conscientes de que les valía a ambos equipos el resultado el resto de los 90 minutos fue una continua pantomima donde los jugadores de ambos equipos tocaban y tocaban la pelota pero sin el más mínimo interés por crear peligro. De hecho, habían muchos minutos donde ni siquiera traspasaban la línea de mediocampo.

 

Tan descarado resultó que pronto el público empezó a impacientarse y gritar "fuera fuera" y el clásico "que se besen". Pitidos y gritos que también provenían de aficionados argelinos, que agitaban billetes y lanzaban monedas en señal de tongo ante la desesperación de ver a Argelia fuera del campeonato.

La cosa llegó tan lejos, que hasta los comentaristas austriacos y alemanes criticaron lo sucedido. En especial, el de la ARD alemana, Eberhard Stanjek, que decidió no seguir narrando el partido como protesta por lo ocurrido.

 

Tras acabar el partido, la Policía tuvo que escoltar a ambas selecciones a los vestuarios ante el temor a que hubieran agresiones de los aficionados presentes en el campo.

 

A pesar de que Argelia pidió la eliminación de ambos equipos, la FIFA decidió no sancionar a ninguno de los dos equipos ante la falta de pruebas. Eso si, desde ese mismo momento, decretó que los partidos de la última jornada de las fases de grupos se disputen siempre el mismo día y la misma hora para evitar situaciones similiares.

 

25 años después, el exdefensa del Kaiserlautern, Hans-Peter Briegel reconoció que ambos equipos pactaron no hacerse daño tras marcar Alemania el 1-0.

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