¿Quién me ha robado el trofeo Carranza?

19.07.2012 01:32

 

La noticia de que el Cádiz no encuentra rivales para disputar el trofeo Carranza de este próximo verano viene a confirmar la decadencia absoluta en que han entrado los torneos veraniegos en los últimos años. Ni Sevilla, Málaga o Betis, ni por supuesto, los dos grandes del fútbol español parecen atender a la llamada de socorro del más prestigioso trofeo del fútbol de verano.

 

Un hecho realmente grave habida cuenta la situación económica del club gaditano y que no hace más que colmar la gota de un vaso que ya está repleto. Ni tan siquiera el bicentenario de la Cortes o la recién estrenada tribuna del Ramón de Carranza para mitigar o incentivar la presencia de clubes de renombre.

 

Hubo un tiempo no muy lejano (años 80 y 90 principalmente) donde los torneos estivales eran la referencia de los aficionados. El Carranza, el Teresa Herrera, Gamper, Bernabeu, o el Naranja eran los escenarios perfectos para ver en acción los principales fichajes de los grandes equipos.

 

En ellos se reunían los mejores equipos de España y de Europa. E incluso del mundo, pues no era extraño la presencia del Saô Paulo, Vasco de Gama o Boca Juniors. Años donde se configuraban auténticos partidazos más propios de una semifinal de Copa de Europa que de un amistoso. Encuentros disputados en algunas ocasiones tal intensidad, que hasta conseguían monopolizar la audiencia en televisión.

 

Para la historia quedará un triangular en Oviedo entre el conjunto local, el Dream Team del Barcelona y el Milán de Capello, donde el partido entre estos dos últimos conjuntos fue seguido por una masa de cerca de 3.500.000 personas.

 

Además de conseguir llamar la atención de los espectadores, estos torneos también servían para salvar los presupuestos de más de alguno. El Colombino o el Carranza conseguían espectaculares llenos que dejaban bastante dinero en las arcas de los equipos, cifras incrementadas por la presencia de la televisión.

 

Sin embargo, el paso de los años ha hecho que la realidad atienda a otra historia. Cada vez más existen partidos oficiales en agosto ( previas Champions, UEFA, inicios de liga) y los pocos partidos amistosos interesantes se juegan en China o Estados Unidos, donde el desembolso por ver jugar a los grandes clubes es mayor, pero que provoca que en Europa se vean los partidos a horarios intempestivos para el gran público.

 

Con semejante panorama, jugar un Santiago Bernabeu, Taronja o Ramón de Carranza se ha convertido en un marrón. Mal vamos.

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