El Barcelona justo campeón

La final de la Copa del Rey trajo principalmente tres conclusiones claras sobre las que cabe reflexionar. La primera es que la victoria del Barcelona sobre el Athletic es justa y merecida. Con unos jugadores descansados y con ganas de alzar un título de nuevo, el conjunto catalán demostró que, hoy por hoy, y al 100%, hay pocos equipos, por no decir ninguno que puedan jugarle de tú a tú. Quizás, la única manera de tumbar este fantástico modelo de juego basado en el toque-combinación-presión sea la de esperar atrás y aprovechar algún despiste como hicieron en su momento Inter, Real Madrid o Chelsea.

Es por ello, que el Barcelona hace bien en apostar su nuevo proyecto a Tito Vilanova, que con una línea continuista deberá hacer girar el proyecto sobre el mismo eje de patrón de juego. Tan solo unos retoques (un lateral izquierdo o central y un delantero) bastarán para que el Barça siga siendo el máximo favorito a cuantos torneos participe.

La segunda conclusión es que el Athletic de Bilbao es un gran equipo dirigido por un excelso entrenador, el loco Bielsa, pero que aún esta a años luz del Barcelona. El athletic ha encandilado a media Europa con sus demostraciones en Gelserkirchen u Old Trafford, y ha llegado a la final de Copa, pero todo girado entorno a unos jugadores que han llegado físicamente destrozados al final de temporada (seis partidos consecutivos sin meter un gol así lo atestiguan). Ahora habrá que ver la decisión de Bielsa sobre su continuidad en San Mamés, pues una huida suya provocaría un vacío difícil de cubrir. En cualquier caso, lo mejor de los vascos es su futuro: son jugadores prometedores en su mayoría que deben ir a más y no estar tristes pues seguro que habrán más oportunidades.

La tercera conclusión es la chapuza que resultó el himno. Unos escasos 27 segundos magnificados sonoramente de forma clara por la televisión mientras se reducía el audio de la pitada de la afición. Un país que aboga por ser democrático debe tolerar las críticas a sus instituciones (himno o monarquía) si quiere mejorar y ser respetado. Y además de ello, permitir la libertad de expresión de todos (tanto de Esperanza Aguirre como de los aficionados vascos y catalanes).

Finalmente una última consideración: visto el estado de forma de los jugadores del Barcelona (especialmente Pedro, Xavi, Iniesta o Piqué), Vicente del Bosque puede estar tranquilo. La selección está en buenas manos para reeditar su título de 2008.